No vamos
demasiado a comer a restaurantes. Sabemos que como en casa no se come en ningún
sitio. Somos de platós únicos pero bien servidos, abundantes.
Por
supuesto, comer fuera con una dieta como la nuestra tampoco es fácil, si bien
comer una ensalada y una pasta o unas papas fritas puede resultar bastante
estándar, no siempre hay opciones veganas y saludables y te hartas de pedir
platos sin esto, esto y esto. A fin de cuentas, si sales a comer por placer, es
para probar cosas nuevas para salir de lo que haces en casa de manera habitual.
Hoy
hemos hecho una excepción y aprovechando que estábamos cerca de Girona nos
hemos acercado a un bar restaurante que os recomiendo. Se llama B12. Nos han atendido
de manera afable y generosa.
Hemos
comido un menú ecológico con 4 opciones de primero y 4 de segundo y muchas
opciones de postres. Todo ecológico por 12,50. También hay servicio de carta.
Todos en la mesa hemos disfrutando: Tortilla de patatas
de rechupete, ensalada que no falta nunca, pasta rellena, al grande le pierde
la pasta, champis rellenos, hamburguesa casera de mijo y
zanahoria, tempe con salteado de mijo, verduras y garbanzos, helados de chocolate,
brownie y tarta de queso.
El lugar está especializado en cervezas artesanas y
ecológicas. Nos hemos tomado una sin alcohol bien fresquita. La mejor que he
probado.
Realmente no sé qué me ha hecho más ilusión, si comer
fuera con la familia, si disfrutar de una comida buenísima de calidad o no
tener que preguntar de qué está hecho cada plato y poder dejar escoger a mis
hijos cualquier cosa de aquella carta porque por una vez, todo lo que había
allí era libre de sufrimiento animal y estaba cuidado hasta el detalle.
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