EL PRIMER BOCADO.

El momento en que te planteas qué darle de comer primero puede resultar complicado. Hay mil sitios diferentes con infinitas recomendaciones.

Cuando mi hija nació, por suerte, tuvimos un tiempo para asesorarnos de este primer bocado. Fueron seis meses exclusivos de lactancia y, por qué no, intensivos hasta el agotamiento. La leche de una mamá vegana, aunque no me dejaran que fuera donante, creo que era bastante buena. Para muestra, un botón:

Entonces, ¿qué primero? Fruta? Cereales? Vegetales?

Los "expertos" no se ponen de acuerdo.

No recuerdo qué dijo nuestro pediatra. Creo que una papilla de plátano, naranja y manzana.

Las que tenemos algún conocimiento en la combinación de la fruta, sabemos que no es la mejor: fruta ácida con dulce produce fermentos tóxicos.

De hecho, no seguimos demasiado las indicaciones de nuestro pediatra, nada en cuestión de alimentación. Directamente no le dijimos que somos vegan@s y que la nena seria criada así. En realidad, lo que queríamos era pesar y medir la bebé y algún diagnóstico cuando se ponía enferma. ¿Os podéis imaginar nuestras caras cuando nos decía que le introdujéramos la ternera o el pescado o el huevo?

Leí dos libros de alimentación vegana para niñ@s en que no se ponen de acuerdo en por qué alimento empezar.
Seguimos las pautas naturales que indican que un bebé puede empezar a ingerir sólidos: que tenga algún diente, que pueda mantenerse sentado y que muestre interés por la comida.

"-¡Noooooo!!" ¡Los cítricos primero noooo!!" Me dijo alguien, "-Pueden crear alergias."

También seguimos la premisa higienista: de a poco y una fruta a la vez. O sea que las mezclas de las papillas, mamás y papás del mundo, no son nada recomendables.
Después de la fruta, al cabo de algunas semanas, algún vegetal (muestra de la foto del blog)y por último los cereales. Intentamos que todo fuera bastante entero. No debe de haber nada más antibebé que una papilla.

Una de las cosas que sí tuvimos claras fue que no queríamos introducirle pronto el azúcar ni el trigo. Todas sabemos lo adictivas y perjudiciales que son estas sustancias. 

Pues no fue fácil que no le quisieran dar algún bastoncito de pan, galletas, caramelos. Cuando les decía que no comía azúcar, algunos con cara de "qué tía mas rara", otros me decían que hacía muy bien. No sé cuál me hace más gracia.

Si hubiera sido por nuestro pediatra, hacia los siete meses en "una papilla de fruta con una galleta maría triturada". Me pone los pelos de punta sólo pensarlo.

La introducción fue hacia los dos años e intentamos todavía que nos sea algo habitual y, si podemos que sean cereales ecológicos.

Por suerte y seguramente por no habérselo introducido tan pronto, parece que ni el pan ni los dulces le gusten demasiado.


Prefiere las mandarinas. 






"Niños veganos, felices y sanos", David Román. Ed Jacarandá, 2008.

"Feeding your vegan infant- with confidence", Sandra Hood, The Vegan Society, 2005

http://www.unionvegetariana.org/sites/default/files/ninosveg.pdf